En seis meses y con sólo 2 mil dólares, un joven estudiante de Nueva Jersey construyo su propio submarino. Justin Beckerman, de 18 años, recolectó tuberías de drenaje y la escotilla de un tragaluz, para dar vida al 'Nautilus', una económica e ingeniosa nave que puede sumergirse a una profundidad de 9.1 metros bajo el agua, manteniendose hasta por dos horas, mientras se desplaza a una velocidad de 2.4 kilómetros por hora.
“Ha construido cosas desde que tenía dos años. Si intentáramos ayudarlo solo nos entrometeríamos y estropearíamos las cosas”, dice su madre, Jess Beckerman.
Desde joven siempre mostró iniciativa e inteligencia para los crear cosas. A la edad de 12 años, en lugar de quejarse por tener que ayudar con los quehaceres en casa, desarrolló un automóvil de control remoto que podía trapear y aspirar.
El submarino tiene tanques de lastre para mantener su profundidad y equilibrio, salidas de aire que llevan el oxígeno desde la superficie hacia el fondo, un sistema de amplificación funcional y una serie de sistemas de emergencia incluidas baterías de respaldo, una sirena, luces estroboscópicas, un aparato de respiración y una bomba para combatir las fugas.
Los materiales que utiliza Beckerman en sus creaciones a menudo son objetos tecnológicos en desuso de su familia y amigos, o basura recogida de instalaciones de reciclaje de electrónicos.
El joven inventor confesó que utilizará su submarino para “explorar el lago, ver peces y con suerte encontrar un poco de historia, como los cañones de la casa histórica de mis vecinos”, que, dice, fueron tirados en el lago durante las renovaciones en la década de 1960.