La joven madre identificada como Karla Flores, se encontraba trabajando en su pequeño negocio ubicado en una calle del estado mexicano de Sinaloa, cuando de pronto escuchó un fuerte estallido que la arrojó a casi 10 metros de distancia.
Según relata la mujer, al caer al suelo, solo sintió un pequeño dolor en la cara, pero cuando se lo tocó descubrió que tenía un profundo agujero en la parte derecha de su rostro. Casi sin fuerzas, Flores fue trasladada por un desconocido a un hospital cercano.
Ya en el centro médico, los doctores alertaron la presencia de un residuo explosivo en la boca de la comerciante que, en caso explosionara podría matar a todos los que estuvieran cerca de ella, en un radio de 10 metros.
Especialistas en balística, evaluaron la gravedad de la situación y aseguraron que la bomba estaba a punto de explotar, por lo que recomendaron intervenirla de inmediato, pese a advertir que cualquier movimiento podía ser fatal.
Cirujanos, anestesiólogos y expertos en cirugía estética intervinieron por cuatro largas horas a la desafortunada madre, en donde procedieron a abrirle completamente el rostro para evitar cualquier mala manipulación que generara una explosión.
Luego de la exitosa operación, los especialistas explicaron que la paciente continuará bajo tratamiento por varios años más, porque aún no se ha logrado cerrar el hueco que tiene en mejilla, además que tampoco tiene dientes.
