Las personas narcisistas no son buenos líderes, a pesar de que así se lo parezca a sus seguidores, ya que su preocupación por ser los más brillantes inhibe un elemento crucial para que el grupo tome decisiones y actúe con éxito: el libre y creativo intercambio de información e ideas.
Así se desprende de una investigación realizada por la Universidad de Ámsterdam (Holanda), que saldrá publicada en el próximo número de la revista especializada 'Psychological Science'.
Los autores de este estudio reclutaron a un total de 150 participantes y les dividieron en grupos de tres. Una persona fue asignada de forma randomizada para ser el líder del grupo. Se les dijo a todos que podían contribuir con consejos, pero que el líder era responsable de tomar las decisiones.
Entonces se les asignó una tarea: elegir al candidato para un trabajo. De 45 datos sobre el candidato, algunos se les comunicaron a los tres y otros sólo a uno de los participantes.
El experimento estaba diseñado para que, utilizando sólo la información que tenían los tres, el grupo sólo podía optar por un candidato menor. Sin embargo, compartir toda la información, también la que cada participantes poseía en exclusividad, podía llevar a escoger la mejor opción.
Acto seguido, los participantes completaron varios cuestionarios. Las preguntas de los líderes medían su narcisismo, mientras que los otros valoraban la autoridad y la efectividad del líder.
Todos comprobaron qué datos de los 45 que conocían --indicando cuántos habían compartido el grupo-- y valoraron con qué eficacia habían intercambiado información. Los investigadores contaron el número de datos compartidos, apuntando la calidad objetiva de la decisión, y analizaron estos datos en relación con el nivel de narcisismo del líder.
Como esperaban, los miembros del grupo valoraron a los líderes más narcisistas como los más efectivos. Sin embargo, se equivocaban. De hecho, los grupos dirigidos por las personas más egocéntricas eligieron a un candidato peor para el trabajo. Según la investigadora Barbora Nevicka, una de las autoras, los líderes narcisistas "inhiben la comunicación por su egocentrismo y su autoritarismo".
"El narcisismo a veces puede ser útil en un líder. En una crisis, por ejemplo, la gente siente que una persona fuerte y dominante puede tomar el control y hacer lo correcto, lo que reduce la incertidumbre y el estrés", señala Nevicka.
Sin embargo, dice, en la vida diaria de una organización, "la comunicación, las perspectivas a y el conocimiento es esencial para tomar buenas decisiones". "En los grupos que realizan lluvias de ideas, en grupos de proyecto, comités gubernamentales, cada persona puede aportar algo y eso beneficia al equipo, es lo que hace que se consigan buenos resultados