Salud

Martes, 19 de julio del 2011

Dormir con los padres no afecta las habilidades sociales en los niños

No hay por qué preocuparse del desarrollo intelectual o social del bebé si comparte la cama con los padres, siempre que sea después del primer año, edad a partir de la que el síndrome de muerte súbita infantil ya no es un riesgo.

Dormir con los padres no afecta las habilidades sociales en los niños

No hay por qué preocuparse del desarrollo intelectual o social del bebé si comparte la cama con los padres, siempre que sea después del primer año, edad a partir de la que el síndrome de muerte súbita infantil ya no es un riesgo.




No hay por qué preocuparse del desarrollo intelectual o social del bebé si comparte la cama con los padres, siempre que sea después del primer año, edad a partir de la que el síndrome de muerte súbita infantil ya no es un riesgo.

"Los padres pueden hacer lo que mejor resultado da en la familia y no sentir culpa si optan por compartir la cama con el bebé, ya que es probable que no haya efectos duraderos", dijo Lauren Hale, de la Escuela de Medicina de la Stony Brook University en Estados Unidos.

Según los expertos, compartir la cama no es común en Estados Unidos y la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por su sigla en inglés) no lo recomiendan hasta después del primer año de vida.

La mayor preocupación surge con los bebés pequeños, por el riesgo de que sufran el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), que en el 2008 le causó la muerte a casi 2.300 niños, según la doctora Fern Hauck, de la AAP.

"Cuando son muy pequeños, el riesgo principal es la muerte por sofocación o SMSL. Es por eso que la AAP no recomienda compartir la cama", indicó Hauck, que no participó del estudio.

El equipo de Hale analizó datos de 944 madres pobres de Estados Unidos que respondieron si compartían la cama con sus bebés al primer año de vida, y a los 2 y 3 años.

Casi la mitad de las mujeres había compartido la cama con el bebé en alguna de esas edades; las hispanas y las afroamericanas lo hacían con más frecuencia que las blancas.

Al evaluar el desarrollo conductual e intelectual de los niños a los 5 años de edad, los que habían compartido la cama materna obtuvieron peor resultados que el resto. Sin embargo, eso no se mantuvo tras considerar otras características de las madres y los niños. "Tranquiliza saber que no sería peligroso" en cuanto al impacto psicológico, dijo Hauck.

Aun así, agregó: "Nos preocupan los niños de hasta 2 y 3 años porque se registraron algunas muertes en ese grupo etario". El nuevo estudio no analizó si compartir la cama provocaba despertares nocturnos, que algunos investigadores habían hallado previamente.

Hale dijo que un par de estudios previos habían llegado a la misma conclusión que el nuevo trabajo, pero con menos mujeres representativas de las minorías, por lo que podrían haber pasado por alto efectos relevantes. "Por suerte, los resultados fueron consistentes", finalizó Hale.

(Fuente: Agencias)


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