Salud

Martes, 21 de junio del 2011

La dieta repercute en la visión

Un nuevo estudio revela que las personas con tendencia genética a desarrollar degeneración macular y que ingieren gran cantidad de zinc, antioxidantes o ácidos grasos omega 3.

La dieta repercute en la visión

Un nuevo estudio revela que las personas con tendencia genética a desarrollar degeneración macular y que ingieren gran cantidad de zinc, antioxidantes o ácidos grasos omega 3.




Un nuevo estudio revela que las personas con tendencia genética a desarrollar degeneración macular y que ingieren gran cantidad de zinc, antioxidantes o ácidos grasos omega 3 tienen un tercio menos riesgo de desarrollar la enfermedad ocular que los que no consumen tanta cantidad de esos nutrientes.

La degeneración macular asociada con la edad consiste en la pérdida de la visión por la erosión de la retina.

"Por lo tanto, los médicos deberían orientar a los jóvenes vulnerables sobre cómo retrasar o prevenir las consecuencias de la degeneración macular asociada con la edad (DMAE) en la visión", escriben los autores en Archives of Ophthalmology.

La DMAE es común: causa la mitad de los casos de ceguera en los países desarrollados. En Estados Unidos, la enfermedad afecta a más de seis de cada 100 adultos mayores de 40 años.

Ni los fármacos ni la cirugía disponibles curan la enfermedad. Existen por lo menos dos variaciones genéticas que aumentan el riesgo de desarrollar DMAE: la CFH lo hace hasta 11 veces y la LOC387715S, hasta 15 veces.

El equipo de Holanda revisó los hábitos alimentarios de más de 2.000 personas mayores de 55 años. Se los evaluó para identificar esos genes y, cada tres años en una década, para determinar quiénes tenían pérdida de la visión.

En aquellos con la variación CFH, consumir más zinc, betacaroteno, ácidos grasos omega 3 o luteína/zeaxantina estuvo asociado con una reducción del riesgo de desarrollar DMAE.

Por ejemplo: 39 de cada 100 de los que ingerían los niveles más bajos de grasas omega 3 (22 mg/día) desarrollaron pérdida visual, comparado con 28 de cada 100 de los que consumían los niveles más altos de omega 3 (268 mg/día).

Entre los portadores de la variación LOC387715S, esa reducción del riesgo se registró en los que consumían mayor cantidad de zinc o grasas omega 3. Por ejemplo: el 25 por ciento de los que ingerían 11,85 mg/día de zinc desarrollaron DMAE, a diferencia del 33 por ciento de los consumidores de apenas 7,5 mg/día.

"Para obtener ese beneficio, no sería necesario consumir cantidades excesivas de esos nutrientes; la recomendación diaria es suficiente", señala el equipo.

En Estados Unidos, esa recomendación para el zinc es de 11 mg/día para los hombres y de 8 mg/día para las mujeres. A ellos se les recomienda ingerir por lo menos 1,6 g/día de omega 3 y, a ellas, 1,1 g/día.

Las fuentes de zinc incluyen las ostras, la carne roja y las nueces. Los pescados aceitosos proporcionan grasas omega 3; el betacaroteno lo aportan las zanahorias, las batatas y otras verduras y frutas. La luteína y la zeaxantina están en el huevo y en las verduras de hojas verdes. El equipo no determinó si o cómo esos nutrientes previenen la DMAE.


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