Según los especialistas la combinación de ambos fármacos puede afectar al proceso de coagulación de la sangre y licuarla en exceso, lo que conlleva el riesgo de derrames incontrolados y eventuales apoplejías en algunos pacientes.
El Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency, organismo regulador de medicamentos en el Reino Unido, afirmó estar estudiando de cerca esos posibles efectos, aunque uno de sus portavoces explicó que todavía no hay certeza de si la diferencia observada en el ritmo de coagulación se debe al Tamiflu o al propio proceso gripal, pues ese mismo efecto se ha observado en personas aquejadas con otros tipos de gripe.
La apoplejía consiste en la suspensión parcial o completa, y por lo general súbita, de algunas funciones cerebrales, debido a una hemorragia, obstrucción o compresión de una arteria del cerebro.
La pasada semana, científicos de la Universidad de Oxford aconsejaron a los padres que eviten administrar Tamiflu a sus hijos pues sus posibles efectos adversos, en forma de náuseas o pesadillas, podrían superar los eventuales beneficios.