Francia: defienden trasplante de rostro tras muerte de paciente
El paciente injertado de manos y rostro hace dos meses en Francia murió de un paro cardíaco y no por un "rechazo" al trasplante, precisó el lunes el profesor Laurent Lantieri, quien dirigió la intervención, defendiendo así la controvertida técnica de reparación.
El paciente injertado de manos y rostro hace dos meses en Francia murió de un paro cardíaco y no por un "rechazo" al trasplante, precisó el lunes el profesor Laurent Lantieri, quien dirigió la intervención, defendiendo así la controvertida técnica de reparación.
"Todas las biopsias que hemos hecho muestran que no hubo absolutamente ningún rechazo", explicó el profesor Lantiéri. "Tampoco es un problema vascular. El hecho de tener una infección es un fenómeno conocido entre las personas injertadas", agregó.
La operación de trasplante de rostro y manos, una primicia mundial, había sido efectuada el 4 de abril de este año por los equipos del profesor Lantiéri, jefe del servicio de cirugía plástica del Hospital Henri Mondor de Créteil (vecino a París) y del doctor Christian Dumontier, especialista en cirugía de la mano.
"Este paciente de 30 años había resultado gravemente quemado. Su defecto funcional y estético sólo podía ser reducido gracias a este injerto", destacó por su lado la Agencia de Biomedicina, organismo estatal que coordina las actividades de injerto de órganos en Francia.
La agencia destacó también que la intervención se realizó en el marco de un protocolo de investigación biomédica y con la autorización, en mayo de 2008, de la Agencia francesa de seguridad sanitaria de los productos de salud.
Las precisiones aportadas tanto por el profesor Lantieri, como por la Agencia de Biomedicina, parecen responder a los interrogantes ya planteados antes del primer trasplante facial, como cuando aparecieron graves secuelas en personas a las que se trasplantaron las manos, en el contexto de un tema que sigue siendo polémico.
El primer trasplante de rostro se efectuó en Amiens (centro norte) en noviembre de 2005, para reconstituir el triángulo nariz-labios-mentón de una mujer de 36 años, destruido por la mordedura de un perro, a partir de un donante en estado de muerte cerebral.
Un año antes, en marzo de 2004, el Comité (francés) consultivo de ética nacional (CCNE) había emitido una opinión desfavorable al "proyecto de reconstrucción total del rostro..." por trasplante (alotransplante) de tejidos diversos.
El CNNE destacaba los serios inconvenientes "técnicos" que se planteaban para el paciente, como la obligación de seguir toda la vida un tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo, así como también objeciones de orden ético, como el hecho que el consentimiento y la voluntad de ser operado del paciente.
El organismo adelantaba que la demanda de un trasplante total de rostro "correspondería más bien a una demanda de los cirujanos interesados en afinar esta técnica" que a la voluntad de los pacientes.
Si bien punto de vista del CNNE era contrario al trasplante total de rostro, éste dejaba abierta la posibilidad de un trasplante parcial, tal como fue la primera intervención en Amiens.
No obstante varias interrogantes quedaron pendientes, como el recurso a tal operación cuando la vida de la paciente no estaba en juego, las condiciones en que la paciente dio su asentimiento o el impacto que podría sufrir ésta por la fuerte mediatización.
En el caso de trasplantes de manos, el primero de los cuales se efectuó en Lyon, en 1998 y que culminó dos años más tarde con la decisión del paciente de ser nuevamente amputado, la polémica también se refiere a los tratamientos inmunodepresores consecutivos, como a los resultados en cuanto a movilidad y sensibilidad en el miembro injertado.
Quienes cuestionan esta técnica, oponen en el terreno funcional el desarrollo de la robótica y de la ortopedia, que permiten prótesis cada vez más perfeccionadas.