Salud

Hace 4 horas

Lo que cuida al corazón también protege tus ojos: conoce cómo el ejercicio preserva la visión

Investigaciones confirman que las actividades físicas de alta intensidad, como el entrenamiento de fuerza o el running, pueden reducir el riesgo de enfermedades oculares.

Foto: Getty Images.



Cuidar la vista va más allá de usar lentes o evitar pantallas. La ciencia ha demostrado que el ejercicio físico vigoroso puede ser un aliado clave para preservar la salud ocular con el paso del tiempo. Según estudios recientes, la actividad física mejora la circulación sanguínea, lo que favorece el suministro de oxígeno y nutrientes a la retina y la mácula, reduciendo así la probabilidad de sufrir degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y glaucoma.

BUENO PARA EL CORAZÓN, BUENO PARA LOS OJOS 

El vínculo entre actividad cardiovascular y visión saludable se sustenta en la importancia del flujo sanguíneo ocular. “Si el sistema cardiovascular es fuerte, el riesgo de enfermedades oculares disminuye”, explicó Phillip Yuhas, optometrista de la Ohio State University. Por el contrario, una circulación deficiente puede deteriorar estructuras esenciales del ojo, afectando la visión central y aumentando el riesgo de patologías visuales graves.

Un metaanálisis de 2022, que incluyó a más de 14 mil adultos, comprobó que quienes realizan ejercicio intenso y constante tienen una incidencia significativamente menor de DMAE en etapas tempranas, en comparación con quienes llevan una vida sedentaria o solo realizan caminatas suaves.

QUÉ EJERCICIOS RECOMIENDAN LOS EXPERTOS 

Los especialistas subrayan que no todos los ejercicios generan el mismo efecto protector. Actividades como correr, nadar, practicar ciclismo vigoroso o entrenar fuerza son las más efectivas para fortalecer la salud visual y cardiovascular. En cambio, los ejercicios ligeros, como caminar a ritmo lento, no ofrecen la misma protección.

Para quienes ya padecen DMAE, se aconsejan rutinas moderadas de 30 minutos diarios, con orientación médica y adaptadas a las capacidades individuales. “El ejercicio no revierte la enfermedad, pero sí ayuda a mantener la autonomía y la salud general del ojo”, afirmó Terri L. Call, de la UAB Eye Care Primary Care Clinic.

Mantener una rutina constante y sostenida es la mejor estrategia para que los beneficios del ejercicio sean acumulativos. Así, moverse no solo mejora el cuerpo, sino que también puede ser la clave para mantener una visión saludable por más tiempo.


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