Se ha demostrado que una toxina natural llamada falcarinol reduce en un tercio el riesgo de desarrollar el cáncer, al menos en las ratas de laboratorio, explican los expertos de las Universidades de Newcastle (R.Unido) y del Sur de Dinamarca.
Esa toxina protege a las zanahorias de ciertas enfermedades causadas por hongos durante el proceso de almacenamiento.
Los científicos estudiaron veinticuatro ratas, todas ellas con tumores precancerosos, las dividieron en tres grupos y les administraron distintos tipos de dietas durante 18 semanas.
Los animales que recibieron zanahorias o la dosis correspondiente de falcarinol demostraron tres veces menos probabilidades de desarrollo de sus tumores que el grupo de control.
Según Kirsten Brandt, de la Universidad de Newcastle, el paso siguiente será determinar cuánto falcarinol se necesita para prevenir el cáncer y si ciertas variedades de zanahorias son más indicadas que otras. Las zanahorias son además fuentes de vitamina A, importante para prevenir la ceguera en los jóvenes.
Sin embargo, ingerida en cantidades excesivas, esa vitamina puede ser tóxica, algo que también ocurre con la toxina falcarinol aunque una dosis letal equivaldría al consumo seguido de 400 kilos de ese tubérculo.