El cerebro humano nunca deja de aprender, aunque su plasticidad cerebral disminuye con la edad, lo que puede dificultar el aprendizaje de nuevos idiomas. Este concepto de plasticidad cerebral se refiere a la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones y reorganizar las existentes. A medida que envejecemos, este proceso se ralentiza, lo que puede complicar la adquisición de una nueva lengua.
Sin embargo, aunque los adultos mayores enfrenten más desafíos a la hora de aprender un idioma, no es una tarea imposible. Con el tiempo libre que muchos disponen después de la jubilación, pueden dedicarse más a esta actividad y obtener resultados positivos si se mantienen motivados y cuentan con las herramientas adecuadas.
VENTAJAS ÚNICAS DE LAS PERSONAS MAYORES PARA APRENDER IDIOMAS
Lejos de ser solo un reto, aprender un nuevo idioma en la tercera edad tiene ventajas exclusivas. Las personas mayores suelen tener un vocabulario más amplio en su lengua materna, lo que les permite conectar conceptos más fácilmente en el nuevo idioma. Además, su experiencia de vida les brinda una mayor capacidad para comprender nuevos contextos culturales y sociales, algo esencial cuando se aprende una nueva lengua.
Los estudios también han demostrado que aprender idiomas puede retrasar el avance de enfermedades neurodegenerativas como la demencia. Por lo tanto, más allá del beneficio de conocer otra cultura o comunicarse mejor, el aprendizaje de idiomas puede servir como una herramienta para mantener el cerebro activo y saludable.
BENEFICIOS COGNITIVOS Y SOCIALES DE APRENDER UNA NUEVA LENGUA
El aprendizaje de idiomas en personas mayores tiene un impacto directo en la memoria, la atención y la capacidad de concentración. También ayuda a desarrollar funciones ejecutivas, como la planificación y organización de tareas. Estas habilidades son esenciales para llevar una vida activa y mantener la autonomía en la edad avanzada.
Además de los beneficios cognitivos, aprender un idioma permite a las personas mayores descubrir nuevas culturas y tener más posibilidades de disfrutar de actividades de ocio. Ya sea en viajes o en su vida diaria, hablar un nuevo idioma abre puertas a experiencias enriquecedoras, como escuchar música, ver películas en su lengua original o comunicarse con personas de otros países.
