Todos anhelamos tener una familia saludable que viva en armonía y sepa enfrentar las dificultades con unión y sin críticas destructivas. Esto es posible si padres, hijos e hijas contribuyen conscientemente, tomando en cuenta su propia historia personal y familiar.
Para la coach de vida, Ana Sayán, si una familia no está construyendo bien su historia, siempre hay esperanza para hacerlo mejor. Porque “si esta se pierde, se pierden también la fe y las ganas de vivir, convirtiendo a sus miembros en personas con amargura y dolor”.
Sayán recomienda cinco buenos hábitos para ser una familia saludable, que serán eficientes, si se pone voluntad y practican a diario:
Comunicación
Un hogar es saludable cuando existe comunicación entre sus miembros. No hay peor cosa que guardárselas por temor, pero es preferible discrepar.
“Tal vez pasar un momento incómodo, pero decirnos las cosas, nuestras incomodidades, sentimientos, molestias, alegrías; en conclusión, abrirnos como miembros de una familia”, explicó.
Agregó que muchas familias viven “con bombas debajo de la alfombra”, que en cualquier momento pueden reventar por la falta de diálogo.
“No solo se trata de demostrar que se tiene la razón, sino de ponerse de acuerdo sin minimizar, sin insultar, ni andar acusando al otro. Es distinto decir ´tú eres malo´ a decir ´lo que me dices me hace sentir muy triste”, enfatizó.
Recreación
La especialista sostuvo que para ser una familia saludable también se deben respetar los tiempos de recreación.
Anotó que no pueden llegar los fines de semana y estar cansados o recrearnos con los amigos antes que con los cónyuges, hijos o nietos.
“Es tan bonito poner la casa linda, sacar la mejor vajilla, respetar a los niños, jugar, disfrutar, bromear. Poner días de familia para recrearse, crecer y divertirse”, señaló.
Acuerdos
Distribuir encargos, apoyar todos en los quehaceres de la casa. Si alguien, añadió, se hace el indiferente o el loco, pídanselo bonito sin gritos ni insultos.
Capacidad de elogio
En otra parte de sus declaraciones, Ana Sayán agregó también que muchas veces elogiamos a compañeros de trabajo o amigos y criticamos a los propios miembros de nuestra familia.
Con esa técnica nunca vamos a motivarnos ni tendremos la fuerza suficiente para mejorar y salir adelante, manifestó.
Si tú amas, prosiguió, y tu familia es tu tesoro, trátalos mejor que a tu jefe o a tus amigos, controla tu boca y tus malos gestos.
Ser coherentes como padres
El ser ejemplo induce a los hijos a no hacer algo que, como los padres no hacen. “Si no tienes tu casa limpia, no les pidas que limpien; si mientes no les pidas que no lo hagan. Si se aplica a la vida diaria, se estará construyendo una familia saludable”, acotó.