El diagnóstico de cáncer en adultos mayores presenta retos significativos que van más allá del tratamiento médico, abarcando aspectos emocionales y sociales cruciales para la calidad de vida del paciente. El envejecimiento, por sí mismo, impone desafíos en la salud, pero enfrentar el cáncer durante esta etapa demanda un enfoque comprensivo e integrador.
Especialistas en geriatría y oncología subrayan la importancia de un soporte robusto por parte de la familia y cuidadores. La presencia constante y el respaldo emocional son vitales para fortalecer al paciente frente a las adversidades del tratamiento. Es crucial mantener una comunicación abierta y empática, respetando los deseos del paciente sobre su manejo clínico y personal.
La educación sobre la enfermedad y sus posibles tratamientos juega un papel importante. Conocer los efectos secundarios y los cuidados necesarios ayuda a los pacientes a prepararse mejor para los desafíos que enfrentarán. Además, se recomienda la promoción de actividades que reduzcan el estrés y mejoren el estado de ánimo, como la lectura, la meditación y el entretenimiento audiovisual.
La actividad física adaptada a las capacidades del individuo es otra recomendación clave. Ejercicios moderados, como caminar durante 20 minutos al día, pueden mantener el bienestar físico y prevenir complicaciones de salud adicionales.
Además, se debe garantizar que el entorno del paciente esté adecuadamente adaptado para prevenir accidentes, y se debe fomentar la participación en actividades familiares para fortalecer la red de apoyo emocional.
En términos de prevención, los expertos de EsSalud destacan que los cánceres más comunes en esta población incluyen los de pulmón y próstata en hombres, y pulmón y mama en mujeres. La realización de controles periódicos es crucial, especialmente para aquellos con antecedentes familiares de neoplasias malignas o factores de riesgo como el tabaquismo y el consumo de alcohol.
Adoptar un estilo de vida saludable es vital en cualquier etapa, pero nunca es tarde para comenzar. Las recomendaciones incluyen moderar la ingesta calórica, aumentar el consumo de frutas y verduras, y mantenerse activo físicamente.