El atragantamiento en bebés es una situación de emergencia que requiere una acción rápida y efectiva para evitar consecuencias graves.
Conocer las técnicas adecuadas de primeros auxilios es crucial para poder actuar de manera correcta y segura en estos casos.
¿QUÉ HACER?
1. Evaluar la situación: Lo primero que debes hacer es evaluar si el bebé puede toser o llorar. Si el bebé puede hacerlo, significa que sus vías respiratorias están parcialmente bloqueadas y se debe animar a toser para intentar expulsar el objeto. Si el bebé no puede respirar, toser ni llorar, es necesario actuar inmediatamente.
2. Llamar al número de emergencias: Es esencial que alguien llame al número de emergencias (como el 106) mientras tú comienzas a realizar las maniobras de desobstrucción. Si estás solo, realiza los primeros auxilios durante un minuto antes de llamar.
3. Realizar golpes en la espalda: Sostén al bebé boca abajo sobre tu antebrazo, apoyando su cabeza y cuello con la mano. Utiliza la base de tu otra mano para dar hasta cinco golpes firmes en la espalda, entre los omóplatos. Estos golpes buscan desalojar el objeto bloqueado.
4. Realizar compresiones torácicas: Si los golpes en la espalda no funcionan, voltea al bebé cuidadosamente para que quede boca arriba, apoyándolo sobre tu muslo o en una superficie firme. Utiliza dos dedos para presionar el esternón (justo debajo de la línea de los pezones) hacia abajo, aproximadamente 1.5 pulgadas. Realiza hasta cinco compresiones rápidas y firmes.
5. Alternar golpes y compresiones: Continúa alternando entre cinco golpes en la espalda y cinco compresiones torácicas hasta que el objeto sea expulsado o el bebé comience a respirar o toser por sí solo. Si el bebé pierde la conciencia, inicia la reanimación cardiopulmonar (RCP) y sigue las instrucciones del personal de emergencias.
6. Prevención del atragantamiento: Para evitar situaciones de atragantamiento, es importante supervisar siempre a los bebés durante las comidas y mantener objetos pequeños fuera de su alcance. Los alimentos duros, redondos o pegajosos deben cortarse en trozos pequeños o evitarse hasta que el niño tenga la edad adecuada.
