"Son más sanos que el tabaco" es una de las frases más usadas por los usuarios de los cigarrillos electrónicos, también conocidos como "vapers". Estos dispositivos, que funcionan al absorber un líquido y emitir un vapor con olor a frutas, se han popularizado como una alternativa "saludable" al tabaquismo, pero en realidad pueden ser igual o más peligrosos.
El doctor Felipe Rivera, especialista en enfermedades respiratorias y tabaquismo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, declaró al medio La Tercera que el consumo de cigarrillos electrónicos puede producir daños agudos como irritación y obstrucción bronquial, tos e inflamación. En casos más graves, puede incluso causar Injuria Pulmonar Aguda, una lesión pulmonar grave con una alta tasa de mortalidad.
Aunque los "vapers" se presentan como una solución para los adictos al tabaco, su uso está en aumento entre los jóvenes, y sus efectos negativos en la salud ya están siendo evidentes. El vapeo a largo plazo se ha asociado con cáncer pulmonar, fibrosis pulmonar, daño intersticial pulmonar, entre otros problemas.
El líquido que se calienta en el cigarrillo electrónico para producir vapor puede contener sustancias como glicerina y etilenglicol, que al subir su temperatura generan aldehídos, compuestos orgánicos utilizados en la industria. Estos aldehídos pueden provocar daño estructural pulmonar y otros problemas de salud.
El doctor Rivera señala que, aunque todavía se sabe poco sobre los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos en comparación con los cigarrillos convencionales, ya se están observando signos de los daños que pueden causar, especialmente en la población joven y adulta. Además, existe la posibilidad de que los "vapers" también produzcan daño cardiovascular.