El cerumen del oído, comúnmente conocido como cerilla, es una sustancia natural que cumple una función importante en la salud auditiva. Aunque es necesario limpiarlo regularmente, especialmente para evitar obstrucciones, es crucial comprender que el cerumen protege la piel del conducto auditivo y previene el ingreso de agentes externos que puedan causar daño.
A menudo, se recurre al uso de hisopos para limpiar el cerumen, pero esta práctica puede ser riesgosa. El empuje del cerumen hacia el interior del oído puede generar tapones que, a su vez, pueden provocar pérdida parcial de la audición, zumbidos en el oído, dolores, infecciones e incluso la ruptura de la membrana del tímpano.
Según explicó la otorrinolaringóloga Elisa Gil-Carcedo al diario El País, una forma más segura de limpiar el cerumen es mediante el uso de gotas especiales que lo disuelven. Estas gotas deben usarse periódicamente según las necesidades individuales. También se puede usar un paño ligeramente húmedo para limpiar la parte externa del oído, evitando empujar la cerilla hacia el interior.
Es importante tener en cuenta estas recomendaciones para mantener la salud auditiva y evitar complicaciones derivadas de una limpieza inadecuada del cerumen.
