Si bien no hay un estándar único sobre cuántas veces los hombres deben someterse a pruebas preventivas, es crucial que establezcan un diálogo abierto con sus médicos para diseñar un plan adaptado a sus necesidades individuales.
La Asociación Americana de Urología sugiere que, para aquellos sin factores de riesgo conocidos, las pruebas de detección pueden comenzar a partir de los 55 años.
Sin embargo, para aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad o pertenecientes a grupos étnicos con mayor predisposición, como los afroamericanos, el inicio de las pruebas puede anticiparse, a veces incluso a los 40 o 45 años.
EXAMEN DE PREVENCIÓN
Los métodos de detección, como el examen de antígeno prostático específico (PSA) y el examen rectal digital (DRE), son herramientas comunes en esta lucha preventiva. La frecuencia de estas pruebas variará según los resultados iniciales y la evaluación individual del riesgo.