El último 26 de enero, el Ministerio de Salud (Minsa) emitió una alerta sobre el riesgo de casos importados de sarampión-rubéola (SR) y de síndrome de rubéola congénita (SRC), a fin de reforzar la vacunación y vigilancia epidemiológica en todos los centros de salud del país.
Ambos son enfermedades virales que afectan principalmente a niños pequeños, por lo que es importante tomar ciertas medidas que ayuden a prevenir y reducir el riesgo de contagio.
SARAMPIÓN
Es una de las enfermedades virales más comunes y se caracteriza por ser muy contagiosa, se transmite por aire cuando los individuos contagiados estornudan, tosen o respiran cerca de otros. El sarampión es una amenaza a la salud de los niños que son más vulnerables a las complicaciones, debido a que el sistema inmunológico de los menores aún se encuentra en desarrollo.
Los síntomas aparecen entre 10 a 14 días después de la exposición al virus, y son los siguientes:
- Fiebre
- Tos seca
- Goteo de la nariz
- Dolor de garganta
- Ojos inflamados (conjuntivitis)
- Manchas blancas diminutas con centro blanco azulado y fondo rojo dentro de la boca, en la cara interna de la mejilla
- Sarpullido caracterizado por manchas grandes y planas que, generalmente, se funden entre sí.
La vacuna es la forma más eficiente y eficaz de evitar la enfermedad. Debe llevarse a cabo en dos dosis para aumentar su nivel de eficacia. El Minsa indica que la primera dosis se aplica a niños de 12 meses de edad y la segunda, cuando el menor cumple 18 meses.
Otros medios para evitar un contagio es mantener hábitos de higiene como lavado de manos y aislar a la persona que tiene síntomas de contagio.
RUBÉOLA
Es una enfermedad viral aguda y altamente contagiosa que suele afectar más a niños menores de 5 años, cuya transmisión se produce por vía respiratoria, según información de la OPS.
El mayor riesgo es durante la gestación, porque el contagio de rubéola en las primeras etapas del embarazo puede resultar en complicaciones severas como aborto espontáneo, muerte fetal, incluso, malformaciones congénitas.
La enfermedad se propaga fácilmente a través de gotas en el aire liberadas al estornudar o toser por parte de una persona infectada. Los síntomas pueden presentarse entre dos a tres semanas del contacto con el virus:
- Fiebre baja
- Malestar general
- Síntomas respiratorios del tracto superior y diarrea
Sobre el sarpullido, el área de salud infantil de la Universidad de Standford indica que comienza en la cara y se va propagando al tronco, brazos y piernas, pero que suele desaparecer al tercer y quinto día.
Para prevenir la rubéola, es recomendable la vacunación en dos dosis en combinación con la vacuna del sarampión y las paperas, una cuando el niño tiene entre 12 y 15 meses de edad, la segunda dosis se administra entre los 4 y 6 años de edad.
También se puede prevenir el contagio evitando que el niño o niña menor de 5 años entre en contacto con personas que no hayan sido vacunados contra la rubéola.