Una de las grandes obsesiones de la humanidad es mantenerse joven por más tiempo. Se han creado diversas fórmulas estéticas que retardan el natural proceso de envejecimiento, pero es muy poco lo que se logra con estos productos y son grandes los gastos económicos. Sin embargo, hay un estudio que tendría más éxitos en la búsqueda de este objetivo.
Un estudio de Reino Unido publicado en Nature Food, revela que, a largo plazo, mejorar los hábitos alimenticios mejora la longevidad de la población hasta extender la esperanza de vida por hasta 10 años.
Los resultados mostraron que cambios dietéticos consistentes y mantenidos en el tiempo pueden llevar a un aumento significativo de la esperanza de vida. Además, las personas que alinean sus hábitos alimenticios (comer cereales, legumbres, nueves, frutas y verduras) con las recomendaciones de salud pública tendrían un perfil de riesgo más bajo de sufrir enfermedades como cardiopatías, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
También impactó que, de acuerdo a proyecciones de ganancia potencial en años, incluso con modificaciones moderadas de la dieta podrían aumentar la esperanza de vida, más aún si se inicia a edades tempranas.
POSITIVO
El estudio además detalló que la adopción de dietas más saludables no solo tendría un impacto positivo en la salud individual, sino que reduciría la carga sobre los sistemas de salud pública y contribuiría en la sostenibilidad ambiental reducir la demanda de recursos asociados a dietas de alta intensidad ambiental.
Se indicó que cambión es patrones poco saludables a una dieta asociado a la longevidad se asocia con un aumento de 10.8 y 10.4 años en la esperanza de vida en varones y damas, respectivamente.
