La rabia es una enfermedad viral y se transmite a las personas a través de la mordedura, rasguño o saliva de animales, comúnmente de los perros. La rabia afecta al sistema nervioso central, de los mamíferos y seres humanos y una vez que el virus llega al cerebro la enfermedad es letal, causando la muerte.
Sin embargo, las muertes por rabia son prevenibles en un 100 % si luego de la exposición, la persona pone en práctica las siguientes medidas: lavar la herida con abundante agua y jabón; este acto va a contribuir a reducir de inmediato la carga del virus. El paso siguiente es acudir de inmediato al establecimiento de salud más cercano, donde será evaluado por el médico quien determinará la aplicación de un tratamiento antirrábico (vacuna). El tercer punto y no menos importante es poder detectar e identificar el animal mordedor a fin de que el personal competente determine si presenta o no los síntomas de la rabia.
SÍNTOMAS
Una vez que aparecen los síntomas, la enfermedad se va agravando pudiendo ser letal para las personas y animales. En el caso de los animales se hace frecuente los cambios de comportamiento (agresividad), la excesiva salivación y parálisis, mientras que en las personas los síntomas van desde el dolor de cabeza, fiebre, ansiedad, hormigueo en la zona de la mordedura, pupilas dilatadas, convulsiones, alucinaciones, hidrofobia, agresividad y excesiva salivación.
CONTROL DE LA RABIA
Para reducir o eliminar la infección de la rabia es necesario adoptar las medidas responsables en la tenencia de mascotas y a su vez, que los gobiernos locales puedan implementar la vacunación masiva y control de la rabia en canes, dado que el 95 % de los casos de rabia humana el perro es la fuente de infección.