Un paciente diabético con el nivel de glucosa elevado en la sangre puede padecer de la llamada “saliva dulce”, cuadro que produce la inflación e infección en las encías. Esto se explica porque las bacterias que hay en la boca se alimentan del azúcar y, al estar en contacto con esta saliva, proliferan con celeridad.
Las personas que padecen de diabetes saben que esta enfermedad puede dañar los ojos, los nervios, los riñones, el corazón y otros órganos importantes de su cuerpo, pero muchos le restan importancia a los problemas que puede causar en la boca.
“En su mayoría, los pacientes diabéticos, mientras no les duela o no sientan una limitación, pasan por alto cualquier síntoma primario como la resequedad en la boca y el mal aliento. Solo notan la gravedad cuando se les termina cayendo algún diente, sin causa aparente”, explica la Dra. Elizabeth Salsavilca, jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital Alberto Sabogal del Seguro Social de Salud (EsSalud).
¿CÓMO DETECTARLO?
Pero esta consecuencia tiene un proceso que todo paciente diabético debe conocer para saber identificar. Según la especialista, existen dos grados de inflamación: uno conocido como la gingivitis y el otro como la periodontitis. Este último es de nivel extremo, provocando la pérdida de uno o más dientes sin presentar caries.
“El primer signo de alerta es la gingivitis. El o la paciente notará sus encías muy rosadas y sangrantes, sentirá la lengua áspera y su mal aliento. Si estos signos son pasados por alto, la inflamación y la infección llegarán hasta el nivel del hueso, causando dolor y debilitando los dientes hasta perderlos”, señala la Dra. Salsavilca.
Otro de los síntomas es la dificultad en el habla que presentan algunos pacientes. Si tenemos una boca con encías inflamadas, la salivación no será la mejor y esto repercutirá en nuestra dicción, al momento de hablar.
RECOMENDACIONES
Los médicos de EsSalud recomiendan una correcta higiene bucal, además de la revisión periódica con el especialista.
• Controlar su nivel de glucosa en la sangre.
• Cepillarse los dientes durante dos minutos, usar cerdas suaves y no descuidar la limpieza de la lengua.
• Visitar al dentista dos veces al año para prevenir problemas posteriores.
• Hidratarse bien, mínimo seis vasos de agua al día.
• Dejar de fumar. Fumar está prohibido para el paciente diabético.
