Según indicó Manuel Espinoza, infectólogo del INS, estas dolencias ocasionadas por el excesivo escozor y la generación de heridas, también trae consigo la falta de concentración en las clases, irritabilidad, pérdida de sueño y de apetito en el niño.
Detalló que los piojos ponen cientos de huevos, llamados "liendres" por día, lo cual favorece la proliferación de estos parásitos que se alimentan a través de la succión de la sangre del niño o niña.
Espinoza, alertó que los primeros síntomas que presenta el menor son escozor, excoriación del cuero cabelludo y picazón.
"Basta que un niño tenga piojos en el colegio para que empiece a contagiar a sus compañeros de clase, sin darse cuenta que mediante los juegos junta su cabeza a la de su amigo para que un piojo salte", comentó.
Puntualizó que la participación de profesores y padres de familia es fundamental para prevenir y erradicar el contagio en el colegio y en la casa, tomando en cuenta las medidas de higiene como el lavado del cabello.
El especialista recomendó a los padres la revisión diaria del cabello del escolar, mantenerlos con el cabello corto así como las uñas cortas para evitar su reproducción. Así como no compartir peines, cepillos y gorros; evitar el hacinamiento en el hogar, mantener la limpieza del cuarto y la ropa del menor.
Explicó que los piojos aquejan a todas las clases sociales, aunque los más afectados son los menores de edad que viven en las zonas más populosas de la capital que no cuentan con el servicio de agua potable para su aseo diario.
Finalmente, sugirió al público que al visualizar la presencia de piojos acuda al centro de salud más cercano a fin que el especialista, luego de una revisión exhaustiva del caso, le medique al niño el uso de un shampoo pediculicida.