Existe una pequeña posibilidad de perder la vida en una indecorsa situación, defecando, sólo si ocurren obligatoriamente estas dos circunstancias:
Según el portal muyinteresante.es, el primero es haber padecido algún accidente vascular o insuficiencia cardiaca y, además, tener problemas a la hora de ir al baño, con excrementos secos y duros.
Cuando esto ocurre, el estreñimiento obliga a realizar un gran esfuerzo, lo que concentra el flujo sanguíneo en el abdomen. Como consecuencia, al cerebro y el corazón les llega menos riego, lo que para personas con problemas del sistema circulatorio puede resultar fatídico.
Es como cuando, por ejemplo, al coger un peso excesivo, la sangre se concentra en la zona del tórax y se produce un ictus. Este caso es muy excepcional, si estás sano no tengas miedo en saciar tus necesidades fisiológicas.
