Según el representante del Colegio Médico Veterinario de Lima, José Bustamante, la población de palomas en las zonas urbanas y espacios públicos se viene incrementando, y con ello, los factores de riesgo que conducen a la propagación deenfermedades causadas por las heces de dichas aves.
“En cuanto a las enfermedades transmisibles a humanos, se tiene reportes de más de 40 enfermedades entre las que se encuentran principalmente la criptococosis, histoplasmosis, colibacilosis y salmonelosis entre otros; siendo además portadoras de ectoparásitos como piojos y garrapatas”, indicó el galeno.
El mayor peligro radica en el contacto directo con el excremento y la inhalación del mismo en forma de polvo microscópico. Según el especialista, es importante considerar la cantidad y volumen de las defecaciones, dado que se pueden crear las condiciones para que se desarrollen protozoarios, hongos, bacterias o clamidias.
La presencia de excremento de manera individualizada no genera mayor problema de salud pública, pero sí para los elementos arquitectónicos metálicos de la ciudad, por la acción química de los ácidos úrico y fosfórico, principalmente.
“Las personas afectadas por este tipo de enfermedades pueden presentar fiebre, escalofríos, sudoración, mialgias y anorexia. Los cuadros digestivos se suelen manifestar con vómitos y enterocolitis; además de otros síntomas como dolor de cabeza y debilidad, llegando incluso a cuadros infecciosos muy graves acompañados de deshidratación. En el caso de infecciones porectoparásitos, pueden aparecer lesiones papulares, eritematosas y excoriaciones por el rascado, debido al intenso purito”, comentó el especialista.
A decir del experto, la proliferación de palomas continúa siendo un peligro latente, especialmente para aquellos grupos más vulnerables como son los niños, ancianos, las personas infectadas con el virus del SIDA, enfermos de cáncer y diabetes. De igual manera, las embarazadas y los pacientes que usan corticoides.