Científicos estadounidenses concluyeron que el mal de Alzheimer se puede detectar 25 años antes de que se manifieste. El estudio detectó cambios en el cerebro humano, que se originan antes que la enfermedad afecte al paciente.
La primera manifestación de la presencia del mal consiste en la caída de los niveles de proteína beta amiloide, que es la que genera la formación de las placas seniles en el cerebro, junto con la formación de los ovillos neurofibrilares.
Además, quince años antes de la aparición de los síntomas, se observa el aumento de la proteína tau en el líquido de la médula espinal. También se manifiestan alteraciones en estructuras cerebrales como el hipocampo.