Entre los pacientes con enfermedad renal terminal, sometidos a trasplantes de riñón, el uso de células madre mesenquimales derivadas de la médula ósea (células que pueden diferenciarse en una variedad de tipos de células), en lugar de la terapia de inducción de anticuerpos, resulta en una menor incidencia de rechazo agudo, disminuye el riesgo de infección oportunista, y mejora la función renal en un año.
La terapia de inducción, habitualmente aplicada en los procedimientos de trasplante de órganos, consiste en el uso de agentes biológicos para bloquear la activación inmune temprana.
En los últimos años se han estudiado nuevos protocolos de inducción, para aumentar su eficacia y minimizar los efectos adversos.
La terapia de inducción de anticuerpos, combinada con inhibidores de la calcineurina (ICN), reduce las tasas de rechazo agudo en los receptores de un trasplante renal; sin embargo, las infecciones oportunistas, y los efectos tóxicos de los ICN, siguen siendo un reto. Ahora, esta nueva investigación defiende que las células madre mesenquimales (MSC) han evitado con éxito el rechazo.
Según el doctor Tan Jianming, de la Universidad de Xiamen, en China, y sus colaboradores, examinaron el efecto de la infusión autóloga (derivada de la misma persona) de células madre mesenquimales, como alternativa a la terapia de inducción, en adultos sometidos a trasplantes de riñón.
En el estudio aleatorizado se incluyó a 159 pacientes; estos pacientes fueron inoculados con células madre mesenquimales autólogas derivadas de la médula, durante la reperfusión del riñón, y dos semanas después; de ellos, 53 pacientes recibieron una dosis estándar de ICN, 52 pacientes recibieron dosis bajas de ICN, y 51 pacientes, en el grupo control, recibieron terapia de inducción de anticuerpos, más una dosis estándar de ICN.
La supervivencia de los pacientes, a los 13 y a los 30 meses, fue similar en todos los grupos. Los investigadores observaron que, después de 6 meses, 4 de los 53 pacientes (un 7,5 por ciento) en el grupo de las células madre mesenquimales autólogas, más una dosis estándar de ICN; y 4 de los 52 pacientes (un 7,7 por ciento) en el grupo que recibió una dosis más baja de ICN, en comparación con 11 de los 51 controles (un 21,6 por ciento), habían desarrollado rechazo agudo.
Quienes llevaron a cabo este estudio también observaron que, durante el primer año de seguimiento, el análisis combinado de los grupos, tratados con células madre mesenquimales, reveló una disminución significativa del riesgo de infecciones oportunistas, en comparación con el grupo control.
Por ello los investigadores chinos concluyen que las células madre mesenquimales autólogas podrían remplazar a la terapia de inducción en los tratamientos del trasplante de riñón; ya que los beneficiarios de éstas células madres, en el estudio, mostraron una menor frecuencia de rechazo agudo en los primeros 6 meses, que el grupo control.