Investigadores de la Universidad de California-Berkley pusieron recientemente su ojo científico sobre una actividad universal: chismear. El resultado es que este acto es bueno para la salud.
Los investigadores han encontrado dos beneficios fundamentales de dedicarse a cotillear permanentemente: nos ayuda a mantener el orden social y reduce nuestro estrés.
El estudio de la reconocida universidad californiana, dirigido por el profesor en Psicología y Sociología, Robb Willer, asegura que chismorrear es muy sano, especialmente si se trata del mal comportamiento de una persona.
Según Willer, profesor principal de California-Berkley, “difundir información sobre una persona que se comporta mal tiende a hacer que la gente se sienta mejor, reduciendo la frustración por lo que produjo el chisme”.
El estudio concluye que existe una forma de cotilleo que denominaron ‘prosocial’, porque critica la explotación y la deshonestidad. Difundir ese tipo chisme reducía, según la investigación, el malestar de aquellos que habían presenciado el mal comportamiento de otro.
