Entre los 40 y 60 años, las mujeres atraviesan una serie de cambios emocionales y psicológicos, influenciados por su etapa de vida y las experiencias acumuladas. Uno de los factores más notorios en este periodo es la menopausia, que suele provocar variaciones en el estado de ánimo, como un aumento en la tristeza, la ansiedad y dificultades para dormir, lo que incrementa el estrés diario.
La psicóloga Liuba Ulloa explica que durante esta fase, muchas mujeres experimentan una mayor sensibilidad emocional, lo que las lleva a llorar con mayor facilidad o a sentirse más irritables. "De pronto, todo te molesta o te estresa", señala Ulloa. Además, la psicóloga menciona que es común que las mujeres en esta etapa enfrenten el llamado "nido vacío", cuando sus hijos dejan el hogar, lo que puede generar sentimientos de soledad y tristeza.
ETAPA DE REFLEXIÓN
Sin embargo, la experta también destaca que este es un momento ideal para redescubrirse a sí mismas más allá del rol de madre. "Es recomendable trabajar en la independencia emocional, buscando actividades que nos den satisfacción, como inscribirse en cursos o conocer gente nueva", sostiene la psicóloga.
A medida que las mujeres reflexionan sobre sus vidas, muchas tienden a replantearse lo que realmente las hace felices y lo que desean para el futuro. Mantener un estilo de vida saludable, realizar ejercicio y cuidar la imagen personal son aspectos clave para mantenerse activas y evitar el aislamiento. Ulloa enfatiza la importancia de buscar apoyo en familiares y amigos, y de comunicarse ante cualquier malestar.
Aunque los cambios que ocurren en esta etapa pueden ser desafiantes, también ofrecen la oportunidad de crecimiento personal y de redescubrirse como individuos. Con el apoyo adecuado y un enfoque en el autocuidado, las mujeres pueden navegar esta fase con una mayor sensación de bienestar y realización personal.