El tráfico ilegal de fauna silvestre deja cientos de víctimas cada año en el Perú. Sin embargo, algunos de estos animales han logrado tener una segunda oportunidad gracias a Navi, un refugio ubicado en Lurín, donde reciben los cuidados necesarios para mejorar su calidad de vida.
Uno de los casos más conmovedores es el de Paul, un águila mora que fue rescatada tras ser víctima de caza ilegal. “Le dispararon con perdigones y perdió un ojo. Lamentablemente, en este estado ya no puede volver a la vida silvestre”, explicaron desde el refugio. A pesar de su lesión, Paul ha logrado adaptarse a su nuevo entorno y recibe la atención que necesita.
Animales rehabilitados y entrenados
Otro de los residentes es Gabo, un minipig que, aunque ya no es tan “mini”, ha demostrado ser un animal sumamente inteligente y obediente. Gabo fue rescatado luego de que su antigua familia no pudiera seguir cuidándolo. Ahora, en su nuevo hogar, es entrenado y recibe el cariño de los cuidadores.
También se encuentra Condorito, un guacamayo Jacinto, que llegó al refugio en pésimas condiciones. “Cuando lo rescatamos, no tenía plumas en el pecho y tenía problemas con su pico. Viene de un centro de cría donde no tenía suficiente espacio ni luz, lo que afectó su desarrollo”, relataron los encargados. Hoy, gracias a los cuidados especializados, sus plumas han vuelto a crecer y muestra signos de recuperación.
El refugio Navi se ha convertido en un espacio de rehabilitación para especies que han sido víctimas del comercio ilegal. Muchas de estas, como los guacamayos Jacinto, están en riesgo de extinción y solo pueden ser mantenidas en centros de cría autorizados o zoológicos.
Las personas interesadas en conocer y aprender más sobre estos animales pueden visitar el refugio, donde también se promueve la educación ambiental y la conservación de la fauna silvestre.
