La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) pedirá que se incluya a la gasolina en la lista de recursos químicos que deben ser controlados en su comercialización en las zonas cocaleras, anunció el jefe del gabinete de asesores de esta institución, Julio Castro Gómez.
Devida viene elaborando una serie de propuestas legislativas que serán presentadas al Congreso, para establecer una serie de criterios con el fin de reforzar el control de los insumos químicos para la elaboración de cocaína.
“Sobre la incautación de insumos, como la gasolina, se darán los ajustes a fin de incorporar la fiscalización de estos combustibles dentro de la lucha antidrogas en el país. La idea será planteada ante el Parlamento Nacional”, remarcó Castro Gómez.
La estrategia elaborada por el anterior gobierno permitió incautar solo el dos por ciento de estos insumos químicos, toda vez que los mecanismos de control en los valles productores de coca han resultado totalmente insuficientes.
Reveló que ya se cuenta con el presupuesto necesario para que el próximo año se implementen tres garitas móviles especiales con scanner, que van a permitir identificar los insumos, cuando ingresan a los valles cocaleros.
“Estas garitas, por ser móviles, podrán cambiar de posición, para contribuir a protegerlas de la reacción que tengan las organizaciones criminales en la lucha contra la producción de su ilícito negocio”, subrayó.
Informó que el presidente de Devida, Ricardo Soberón, en el marco de sus viajes de trabajo, se encuentra en el puesto policial de la localidad de Machente, en el valle del río Apurímac
Castro Gómez deploró que los narcotraficantes hayan reemplazado el kerosene por la gasolina de 84 octanos para la elaboración de cocaína, según fuentes de inteligencia de la policía antidrogas. Debido al uso masivo de la gasolina de 84 octavos, especialmente en Ayacucho, se registra la aparición de un nuevo negocio de venta informal de combustible.
Un informe periodístico advirtió la numerosa aparición de surtidores de combustible (grifos) para satisfacer las necesidades de los procesadores de estupefacientes en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE).