El cambio físico de la presidenta Dina Boluarte, especialmente su rejuvenecimiento facial, ha generado controversia durante el 2024. En particular, su decisión de someterse a una intervención quirúrgica el 28 de junio de 2023, que no fue informada con claridad a la opinión pública, ha desatado críticas.
Aunque inicialmente se explicó que la cirugía no tenía fines estéticos y que se trataba de un procedimiento necesario para solucionar problemas respiratorios, la ausencia prolongada de la mandataria de las actividades presidenciales ha levantado sospechas.
A pesar de la explicación pública de Boluarte en un mensaje a la Nación, en la que aseguró que la intervención no afectó su capacidad para ejercer el cargo, las pruebas recabadas durante los días posteriores a la operación indican lo contrario.
La agenda oficial de la presidenta no reflejó ninguna actividad ni reunión significativa entre el 29 de junio y el 9 de julio, salvo una reunión virtual del Consejo de Ministros, donde no se mostró físicamente.
IRREGULARIDADES EN SU FIRMA
El caso ha tomado un giro aún más polémico, ya que algunos informes indican que Boluarte firmó documentos oficiales durante los días de su convalecencia, pero peritos grafotécnicos han identificado irregularidades en su firma, lo que ha llevado a la Fiscalía a investigar posibles irregularidades y un presunto abandono de cargo.