José Joshua Curay Ferrer, actual jefe de Protocolo de la Presidencia de la República y miembro del Servicio Diplomático del Perú, enfrenta acusaciones de acoso sexual y agresión física por parte de dos personas.
Según el informe realizado por el portal web La Encerrona, las denuncias, reportadas a través del sistema ciudadano del Estado, se presentaron en agosto y octubre de este año, cuando ambas presuntas víctimas señalaron haber sido objeto de acoso y agresión mientras el diplomático desempeñaba sus funciones en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las acusaciones incluyen el testimonio de una periodista que afirmó haber sido acosada en el Ministerio en agosto. La segunda denuncia, formulada en octubre, reporta una supuesta agresión física por parte de Curay. Al momento, la Cancillería ha trasladado el caso a la Oficina de Protocolo en Palacio de Gobierno, donde trabaja actualmente el funcionario.
PROCESO DE INVESTIGACIÓN Y COMUNICADO DE LA PRESIDENCIA
La Presidencia de la República emitió un comunicado este sábado 26 de octubre, en el cual manifestó que, debido a la falta de pruebas directas, la institución ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos. Según el documento, el objetivo es determinar si existen responsabilidades administrativas o penales, de acuerdo con la normativa vigente y con el debido proceso legal.
Los periodistas de La Encerrona, quienes investigaron el caso, señalaron que tras contactar al Ministerio de Relaciones Exteriores y a la Presidencia, recibieron una respuesta de la entidad presidencial, indicando que las denuncias eran anónimas y sin pruebas específicas, por lo cual se necesitaría un proceso formal de verificación.
NIEGA LAS ACUSACIONES
En una carta pública, Joshua Curay respondió a las acusaciones, negando rotundamente los señalamientos en su contra y calificándolos de inverosímiles. El diplomático destacó que las denuncias son anónimas y que no cuentan con pruebas o medios de contacto para verificar su autenticidad.
“La falta de pruebas resulta extraña, considerando que en la era digital es posible rastrear cualquier tipo de interacción”, afirmó Curay, cuestionando que las denunciantes no hayan recurrido a instancias de protección o a la Policía Nacional para formalizar sus acusaciones.
Curay también mencionó que esta denuncia fue presentada en un contexto “curioso”, días antes de su ascenso en el Servicio Diplomático, y resaltó que no existen antecedentes de denuncias en su contra en sus más de diez años de trayectoria como funcionario público.
Finalmente, en su comunicado, Curay citó la normativa de SERVIR, que especifica que las denuncias anónimas deben contener ciertos datos para ser consideradas válidas. Según el funcionario, las acusaciones en su contra carecen de estas especificaciones, lo que a su juicio afecta la validez del proceso.
