El último viernes 27 de mayo, el fiscal de la NaciónPablo Sánchez dispuso investigar al presidente de la República Pedro Castillo por encontrar indicios razonables, en grado de sospecha, de ser el cabecilla de una presunta organización criminal que se benefició con ilícitos negocios a través de licitaciones en entidades del Estado. Por primera vez en la historia del Perú, un jefe de Estado es investigado durante su gestión por presuntos cargos en el ejercicio de sus funciones.
Las indagaciones serían por los presuntos delitos de organización criminal, tráfico de influencias agravado y colusión agravada.
EL LADO POSITIVO
El exprocurador anticorrupción, Iván Meini, señaló que en los últimos 30 años todos los mandatarios del país han estado envueltos en escándalos de corrupción, salvo los jefes de Gobierno de transición; sin embargo, ninguno fue investigado en funciones.
“Esto podría generar una suerte de incentivo para que futuros presidentes se inhiban de participar en actos dudosos o ilícitos. (…) y administren el Estado con mucha más cautela”, indicó.