Han pasado más de 20 años desde que el Alberto Fujimori, instalara en Palacio de Gobierno, la llamada "Casa Blanca", un centro de escuchas de interceptaciones telefónicas, conocido coloquialmente como "chuponeo", de la que no se salvaba nadie, en especial opositores políticos y periodistas.
Hoy surge de nuevo esta posibilidad, después de que el jefe de la unidad de investigación de Caretas, Carlos Paredes, diera a conocer que una empresa israelí le habría vendido a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) un sofisticado equipo capaz de intervenir teléfonos inteligentes de alta gama, similar al que compró el presidente de El Salvador, Nayib Bukele y con el que se demostró que más de 30 periodistas salvadoreños fueron espiados.
DESIGNACIONES EN INSTITUCIONES DE INTELIGENCIA
A esta situación se suma que el presidente Pedro Castillo asignó a tres paisanos chotanos dentro de las instituciones de inteligencia, que no contaba con la experiencia para ocupar dichos cargos.
Por su parte, el mandatario Pedro Castillo, al ser consultado sobre la presunta compra de los dispositivos de espionaje aseguró no saber nada y que averiguará.