Durante el tiempo que Fernando Olivera Vega, socio político del ex presidente Alejandro Toledo y líder del hoy desaparecido partido FIM, ocupó el cargo de embajador del Perú en el Reino de España, el presupuesto de dicha legación diplomática alcanzó niveles altísimos, de acuerdo con información llegada al Congreso de la República. Pero el presupuesto para la embajada no sólo sirvió para los gastos del portador de las cartas apócrifas al Vaticano, también se pudo conocer que la Can
Durante el tiempo que Fernando Olivera Vega, socio político del ex presidente Alejandro Toledo y líder del hoy desaparecido partido FIM, ocupó el cargo de embajador del Perú en el Reino de España, el presupuesto de dicha legación diplomática alcanzó niveles altísimos, de acuerdo con información llegada al Congreso de la República. Pero el presupuesto para la embajada no sólo sirvió para los gastos del portador de las cartas apócrifas al Vaticano, también se pudo conocer que la Can
OLIVERA
En efecto, el presupuesto de la embajada, que para el año 2002 alcanzó un total anual de gastos de US$ 413 mil 492, el año 2005, el último que Olivera permaneció en el cargo, llegó a la friolera de US$ 606 mil, es decir casi US$ 200 mil más.
Cuando el líder del FIM dejó la embajada, esta consumía mensualmente US$ 50 mil 500, monto evidentemente más alto que los US$ 32 mil 775 que el presupuesto mensual para octubre de 2002, fecha en la que Olivera inició sus funciones como embajador.
El incremento de los gastos en la embajada comenzó en diciembre del año 2002, cuando esos US$ 32 mil 775 se convirtieron en US$ 39 mil 167, siendo realmente escandaloso que tal incremento –que uno podría asumir como consecuencia de pago de gratificaciones y gastos similares al personal allí destacado– no se redujo al entrar al año 2003, sino que se incrementó a US$ 42 mil 441 por mes.
También resulta llamativo saber que, a comparación de los gastos de diciembre de 2002 –repetimos, US$ 32 mil 775–, lo que consumió la embajada en España para diciembre de 2003 seguramente batirá todos los récords del expendio público, ya que US$ 76 mil 319 le costó a todos los peruanos mantener a Olivera en un puesto en el que, a decir de numerosos actores políticos, cobraba favores hechos al mandatario Toledo y a su gobierno jaqueado por las críticas de la oposición.
Por todo el año 2003, la embajada consumió US$ 534 mil 682, cifra que nuevamente se volvió a incrementar para el año 2004, esta vez a US$ 589 mil 444. El altísimo dispendio ya no solo llegaba a diciembre sino que se extendió a octubre y noviembre, donde mensualmente la embajada gastó US$ 65 mil 851, monto superior incluso a lo presupuestado para diciembre, mes de gratificaciones.
DESAGREGADO
El diario La Razón también pudo conocer algunos detalles del encarecimiento progresivo que resultó mantener a Olivera y sus funcionarios en la embajada en España. Y es que si los gastos en sueldos al personal administrativo (no se incluye a quienes prestan servicio) alcanzaban, para octubre de 2002, un total de US$ 5 mil 693; para noviembre y diciembre de 2004 ya el gasto mensual en sueldos llegaba a bordear los US$ 11 mil.
Este aspecto de los sueldos, de acuerdo con un cálculo hecho por la Cancillería sobre los gastos en la embajada, significó en la práctica que para el año 2005, el 19.04 por ciento del presupuesto total otorgado se iba en este aspecto.
Otro notorio factor que apoyó este incremento de sueldos fue la duplicación del pago en el alquiler de la residencia del embajador (o sea, de Olivera). Si para octubre de 2002 –cuando arribó– el Estado pagaba US$ 8 mil 351 por este concepto, para febrero de 2003 este monto creció hasta US$ 13 mil 309, y para el año 2005 la vivienda ya nos costaba mensualmente entre US$ 15 mil y US$ 16 mil. El doble.
Por esto, para el año 2004, el 30.14 por ciento del presupuesto total se iba en pagar la casa al embajador Olivera, a comparación de lo que se gastaba por el mismo concepto el año 2002, que equivalía al 22.94 por ciento del presupuesto.
Algo que también llama la atención que la embajada, a órdenes siempre de Olivera, asuma gastos no tan detalladamente sustentados por concepto de "Otros Bienes y Servicios", "Leasing, Equipos, Bienes Móviles y Vehículos", y "Servicios Personas Naturales y Jurídicas".
Y es que estos conceptos, en algunos meses suponían gastos por cientos de dólares; pero en determinados meses se elevaban hasta llegar a alcanzar varios miles, sin que medie razón alguna ya que las rendiciones de cuentas a las que accedió La Razón no proporcionaban mayor detalle.
VIÁTICOS PARA TOLEDO Y RDC
Pero el presupuesto para la embajada del Perú en España no solo sirvió para los gastos de Olivera. También se pudo conocer que la Cancillería atendió, vía las "asignaciones extraordinarias", una suerte de fondo para cubrir los gastos del ex presidente Alejandro Toledo, y algo similar ocurrió para beneficio del ex vicepresidente Raúl Diez Canseco.
En efecto, de acuerdo con la documentación encontrada, Toledo consumió US$ 19 mil 486 durante los tres días que permaneció en Madrid –16 al 18 de mayo de 2002– a propósito de su participación en la II Cumbre Unión Europea - América Latina y el Caribe. Ese dinero tuvo que ser repuesto al presupuesto de la embajada vía una asignación extraordinaria.
Un segundo episodio similar ocurrió durante la visita de Estado de Toledo a España entre el 5 y 7 de julio de 2004, período en el cual Toledo gastó US$ 17 mil 352 a cuenta del presupuesto de la embajada.
Lo peor ocurrió cuando Toledo permaneció dos días en la embajada, a propósito de su participación en la XV Cumbre Iberoamericana, que se realizó en Salamanca. En solo dos días –14 y 15 de octubre de 2005– gastó US$ 19 mil 739. Y se aplicó el mismo procedimiento que en episodios anteriores.
El año 2003, para el 19 de setiembre, se aplicó un reembolso a la embajada para reparar los gastos de la visita del entonces primer vicepresidente Raúl Diez Canseco, quien junto a una delegación de PromPerú y del Ministerio de Economía pasó por la península.
(Tomado del diario La Razón)