Política

Miércoles, 09 de agosto del 2006

Sentencian a ocho años de prisión a José Enrique Crousillat

A ocho años de prisión fue sentenciado el ex empresario de televisión, José Enrique Crousillat. Según la decisión emitida por la Segunda Sala Anticorrupción, presidida por el vocal Roberto Barandiarán, el ex directivo de América Televisión deberá también restituir 80 millones de soles por reparación civil, monto que será cancelado en forma solidaria con Canal 4, tercero civilmente responsable.

Sentencian a ocho años de prisión a José Enrique Crousillat

A ocho años de prisión fue sentenciado el ex empresario de televisión, José Enrique Crousillat. Según la decisión emitida por la Segunda Sala Anticorrupción, presidida por el vocal Roberto Barandiarán, el ex directivo de América Televisión deberá también restituir 80 millones de soles por reparación civil, monto que será cancelado en forma solidaria con Canal 4, tercero civilmente responsable.




La sentencia fue leída en la misma habitación de la Clínica Angloamericana donde el ex empresario se encuentra internado, aquejado por un mal cardiovascular. Crousillat fue juzgado por el delito en complicidad en peculado al ser acusado de recibir dinero del ex asesor Vladimiro Montesinos, a cambio de orientar la línea editorial de América Televisión. El procurador del Estado, Juan Carlos Portocarrero, dijo que la sentencia involucra en el pago solidario a la empresa América Televisión. El tribunal también condenó al ex empresario a restituir los montos cobrados ilegalmente que podrían llegar a 10 millones de dólares, según señaló el abogado defensor Jorge Castro. Refirió que apelará la sentencia porque su defendido no escuchó el fallo a causa de problemas auditivos. El presidente del Instituto de Medicina Legal, Luis Bromley, por su parte, sostuvo que el paciente estaba estable y en plenas condiciones neurológicas para escuchar la lectura. El sentenciado se encuentra desde hace cinco días en la referida clínica a la espera de una operación destinada a colocarle un marcapasos en el corazón. Durante la lectura sólo se permitió el ingreso a la habitación a los magistrados, de los médicos legistas y de los abogados de la defensa. No hubo familiares de los detenidos.

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