Comprueban que Toledo era cliente habitual de hostales y clubes nocturnos
Nuevas pruebas, difundidas hoy martes por el diario La Primera, corroborarían que el impopular presidente, Alejandro Toledo Manrique (PP), nunca fue secuestrado y drogado en el hostal Melody en el 2000, tal como él y su pareja Eliane Karp lo denunciaran. Estados de cuenta de una tarjeta de crédito del Bay Bank revelan que el líder de la chakana era cliente habitual de lugares de dudosa reputación, vinculados al sórdido submundo de la prostitución.
A continuación reproducimos el artículo publicado hoy en el referido tabloide:.
La Primera tiene, desde hace buen tiempo, estados de cuenta de una tarjeta de crédito del Bay Bank que Alejandro Toledo Manrique obtuvo cuando estudiaba en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, y que utilizó por varios años más.
Tras un largo debate interno, se tomó la decisión de publicarlos en esta edición, por dos razones fundamentales:
En primer lugar, acabar de una buena vez con el mito del “día perdido” de Alejandro Toledo. La historia del hostal Melody que Toledo y su esposa Eliane Karp dijeron fue producto de una trampa digitada desde el SIN por Vladimiro Montesinos, para desprestigiar al posible rival de Fujimori en las elecciones del año 2000.
A pesar de las múltiples pruebas existentes de que en realidad Toledo se fue de juerga, sus seguidores insisten en que no fue así, se mantienen firmes en la mentira. Nunca parece haber pasado por sus cabezas la posibilidad de una explicación sincera y una disculpa pública.
Y en segundo lugar, porque a través de este asunto, La Primera persigue poner sobre el tapete un trascendental tema de discusión ahora que estamos a puertas de un nuevo proceso electoral: la importancia de que los aspirantes al sillón de Pizarro pongan sus cuentas sobre la mesa.
Así el ciudadano podrá saber, a ciencia cierta, quién es en el fondo cada candidato y si quiere poner o no el destino del país en sus manos. En el caso de Toledo, en particular, es un tema que ya carece de consecuencias políticas, pero tal vez otra sería la historia si la ciudadanía hubiese conocido mejor a quien aspiraba a representarla.
NOTICIA CON COLA
La verdadera historia del “día perdido” de Alejandro Toledo fue descubierta el 22 de marzo de 2001, poco antes de las elecciones presidenciales, por una revista local.
La reacción del entonces candidato y sus seguidores fue brutal; insinuaron que dicha revista era parte de una conjura, “un plan de demolición del Cholo Toledo”.
Sin embargo, la dirección de la revista consideró que en un proceso electoral todos debían “jugar limpio” y que por el simple hecho de aspirar a un cargo público se renuncia “al imperio pleno de la vida privada”.
Pero los seguidores de Toledo no lo consideraron así. Insistieron en la hipótesis del secuestro planeado por el SIN de Montesinos, para perjudicar al político en ciernes.
Sin embargo, la mentira tiene patas cortas. Años después, en el 2005, un programa de televisión ha aportado nuevas y contundentes pruebas sobre aquel “día perdido” de juerga.
En enero último, La ventana indiscreta publicó el testimonio de Juana Rosa Sánchez Elías, ex jefa de operaciones de la Farmacia Deza. Sánchez mostró dos recibos por consumos hechos aquella misteriosa noche, que ascendían a 14,572 soles. Según el testimonio de Sánchez, ambos vouchers fueron firmados por Toledo en un hostal, sin estar bajo la presión que supone un secuestro.
Luego, el 18 de setiembre último, el mismo programa hizo pública la manifestación policial en la que Job Príncipe Ayala, recepcionista del hostal Melody, aseguró haber recibido a Toledo el 16 de octubre de 1998, acompañado por cinco chicas que trabajan en un club nocturno llamado “Two Star”.
Según Príncipe, Toledo ingresó al hostal “por sus propios medios” y no presionado por las chicas. Lo mismo dijo a la Policía Héctor Ramos Ysusqui, otro recepcionista del hostal que se encargó de llevar hasta la habitación de Toledo al empleado de la Farmacia Deza que le llevaba unos pedidos.
Se ha ido desmintiendo así, hasta la saciedad, una de las más grandes mentiras de Toledo: la del supuesto secuestro del que fue víctima.
LOS QUE NO QUEIREN VER
A pesar de la abundancia de pruebas, voces oficialistas como la del congresista Jesús Alvarado insistieron –tras lo informado por La ventana– en que la juerga de Toledo era un invento. Ninguna explicación que dar. “Esto es un refrito y no me extrañaría que hayan fabricado testigos o papeles”, dijo Alvarado el pasado lunes 19 a La Primera.
Rosa Yanarico, presidenta de la comisión de la Mujer del Congreso, afirmó por su parte que con esto se buscaría desestabilizar al régimen. Y Doris Sánchez dijo –muy a su estilo– que el tema sólo hubiera sido un escándalo si el Jefe de Estado se hubiera acostado con cinco hombres y no con cinco mujeres.
EN QUÉ GASTÓ SU DINERO
Digan lo que digan sus defensores, la verdad es que Alejandro Toledo Manrique ha sido un habitué de hostales limeños y “discotecas” donde bailan señoritas despojadas de toda prenda.
Y no porque a alguien se le haya ocurrido decirlo, sino porque es en eso en lo que, según los reportes de su tarjeta de crédito del Bay Bank, Toledo gastaba buena parte de su dinero… Y todo indica que con mucha frecuencia.
ESTADO DE CUENTA N.-1
Este estado corresponde al período comprendido entre los días 1 y 31 de julio de 1995. Poco después de que Toledo perdiera las elecciones de 1995, en las que postuló como candidato presidencial de País Posible –ahora Perú Posible–. Número de cuenta 2769-854-4.
Reporta quince consumos; tres en el hostal Queen’s, otros tres en hoteles Helvet (que debe ser Hoteles Helvéticos S.A., ex razón social del Hotel Crillón), dos en la discoteca El Escarabajo, tres en la discoteca Emmanuel y uno en el sugerente Club 69. Estos dos últimos, clubes nocturnos famosos por la presencia de mujeres dedicadas a la prostitución. Sólo dos consumos son en restaurantes; uno en el Costa Verde y otro en el Chifa Internacional.
Sólo entre hoteles y clubes nocturnos, ese mes se le fueron 1,005.40 dólares.
ESTADO DE CUENTA N.-2
Este estado de cuenta corresponde al período entre el 1 y el 30 de noviembre de 1995. Y se parece mucho al anterior. Dieciséis consumos en total.
Tres en el hostal Queen’s, cuatro en el Emmanuel, uno en El Escarabajo, otro en el Sachún, dos en los baños turcos Windsor, cuatro en restaurantes, y dos en una tienda de artículos para el hogar.
Sólo en juerga consumió ese mes 624.57 dólares.
ESTADO DE CUENTA N.-3
Éste corresponde a los gastos efectuados por Toledo con su tarjeta de crédito del Bay Bank entre el 30 de diciembre de 1995 y el 31 de enero de 1996. Son 14 consumos.
Tres en el hostal Queen’s y uno en el club nocturno Percy’s. Un mes algo tranquilo, pues evidentemente viajó fuera del país a fines de enero. Tiene dos consumos en Cambridge, Massachussets, EEUU, uno en el aeropuerto londinense de Heathrow, y dos en la capital de Israel, Tel Aviv; uno en un café y otro en el Hotel Sheraton. Hay también tres consumos en restaurantes limeños y dos en la cebichería Sonia, ubicada en Chorrillos, que Toledo frecuenta hasta hoy.
Como ven, los tres reportes muestran un patrón de conducta del hoy presidente de la República. Por eso, a nuestro entender, resulta de suma importancia que los candidatos presidenciales rindan cuentas a sus electores sobre sus ingresos y gastos, tanto partidarios, como personales.
¡PAGUE, PUES!
Luego, el Bank Boston compró el Bay Bank, y se fusionaron, así que Toledo pasó a ser cliente de la primera entidad, con la que al parecer no se portó muy bien.
De hecho, La Primera cuenta con una carta que la entonces especialista en recuperaciones del Bank Boston, Claudia Lama, envía a Alejandro Toledo, pidiéndole que cancele una deuda con el banco de 3,264.45 dólares (ver facsímil).
SECUESTRO EN EL MELODY
Durante la contienda electoral del año 2000, el entonces candidato a la Presidencia, Alejandro Toledo, y su esposa, Eliane Karp, revelaron que Toledo había sido víctima de un plan urdido en el SIN de Montesinos para destruirlo moralmente, pues temían que se atreviera a disputarle la Presidencia del país a Fujimori en el 2000.
Según los Toledo, el candidato fue “secuestrado” y “drogado”, con el presunto fin de armar con él un video pornográfico que podía salir a la luz en cualquier momento.
Pero lo que verdaderamente ocurrió el 16 de octubre de 1998, noche del supuesto secuestro, recién salió a la luz el 22 de marzo de 2001, en la revista Caretas.
En un artículo titulado “El día perdido”, la revista mostró el certificado 050781, emitido ese 16 de octubre de 1998 por la clínica San Pablo, donde se consignan los resultados de los exámenes de sangre y orina efectuados al “secuestrado” profesor de Esan, Alejandro Toledo. Según dicho certificado, hallaron rastros de un barbitúrico y de cocaína.
Según versiones del toledismo, ese 16 de octubre de 1998, Toledo salió de su casa en Camacho a las 8 de la mañana, rumbo a una conferencia a la que nunca llegó. Se suponía, según dijo Toledo, que la razón es que fue raptado en el puente Quiñones, a escasas cuadras del Melody y el Queen’s.
Tanto Alfredo Novoa, entonces decano de Esan, como Eliane Karp, reportaron un posible secuestro a la División Antisecuestros de la Policía.
Sin embargo, luego supieron que no estaba secuestrado, sino de parranda.
Siguiendo el rastro de los consumos que Alejandro Toledo hizo ese día con su tarjeta del Banco de Crédito, Karp y Novoa llegaron a la Farmacia Deza.
Ahí, el empleado de la farmacia encargado de la entrega de delivery les contó que había acompañado a “tres féminas” hasta El Escarabajo para que Toledo firmara el voucher de las compras de ropa y perfumes hechas por éstas en la farmacia.
Y que después, esa misma operación se volvió a realizar en el hostal Melody, ubicado, como El Escarabajo, muy cerca de la avenida Arriola.
Como la denuncia de un posible secuestro de Toledo había sido reportada a la Policía, Radiopatrulla buscó su auto y lo encontró estacionado frente al hostal Queen’s.
Toledo y su gente han insistido en que este “incidente” fue una trampa montada por el SIN, desde el año 2000, hasta estos días, a pesar de las evidencias que lo incriminan como protagonista de la juerga por libre albedrío, mostradas hace poco en televisión.
(Fuente: diario La Primera)