¡Paren todo!

08/07/2025

Peruanos en España enfrentan un verano infernal con más de 40 grados

Las diferencias climáticas han hecho que muchos residentes y turistas busquen desesperadamente formas de sobrellevar el calor extremo.




Las temperaturas extremas que se viven este verano en España han dejado a más de un peruano en shock. En ciudades como Madrid, el termómetro supera los 40 grados centígrados, generando una sensación térmica aún más sofocante. Para quienes llegaron recientemente desde Lima —donde el clima actual es frío y húmedo— el contraste resulta abrumador. “Cuando llegué, había 41 grados. Sentí que me derretía”, contó una compatriota sorprendida por la intensidad del calor europeo.

Adaptarse al calor extremo: una lucha diaria

Los residentes y turistas procedentes del Perú intentan sobrellevar el intenso verano con hidratación constante, sombrillas y bloqueador solar. Algunos, incluso tras varios años viviendo en España, aseguran que no logran acostumbrarse a estas olas de calor. “Hace cinco años que vivo aquí y sigo sin adaptarme. Esto no se compara con el calor de Lima”, expresó otro residente. El ayuntamiento de Madrid ha instalado toldos en zonas turísticas, buscando mitigar el impacto de la exposición solar, mientras que muchos optan por permanecer en casa durante las horas más críticas.

El fenómeno no solo afecta a los peruanos. Ciudadanos de otros países sudamericanos, como Colombia, también padecen por las altas temperaturas. “Yo me ducho varias veces al día porque es insoportable”, dijo una turista. Incluso en zonas donde están acostumbrados a veranos intensos, esta temporada ha marcado niveles históricos de calor, al punto que la Agencia Estatal de Meteorología advirtió que podrían alcanzarse los 52 grados en el sur de la península ibérica.

En contraste, otras partes del mundo enfrentan realidades completamente distintas. Mientras en Europa el sol azota sin tregua, países como Argentina y Chile lidian con fuertes nevadas producto de olas polares. En Lima, por su parte, se registra una de las temporadas invernales más frías de los últimos años, con una humedad que intensifica la sensación térmica. El impacto del cambio climático es cada vez más evidente y deja claro que los extremos climáticos ya no son una excepción, sino la nueva normalidad.


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