Luego de 37 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) el sacerdote Luis Núñez del Prado inicia su proceso de recuperación. El párroco fue el primer paciente que sufrió un ataque mortífero y necesitó un respirador mecánico para luchar contra el coronavirus, también se convierte en el primer peruano en nuestro país que, ha convivido con el COVID-19 por más tiempo en su organismo.
El pasado 12 de marzo el padre Lucho (como le dicen por cariño), fue trasladado al hospital Edgardo Rebagliati, y corría el riesgo de morir por las enfermedades preexistentes, ya que es diabético, hipertenso y obeso. Su camino era el respirador artificial o la muerte.
La presidenta ejecutiva de EsSalud, Fiorella Molinelli resaltó que, tras permanecer más de un mes internado en la UCI por diferentes complicaciones de riesgo en sus signos vitales, el sacerdote ya se encuentra fuera de peligro y continúa su tratamiento en hospitalización. Por lo tanto, el trabajo, esfuerzo y profesionalismo del equipo multidisciplinario del personal médico, prevaleció una vez más, para alcanzar uno de los objetivos más importantes dentro del proceso de recuperación del paciente.
“Ustedes son los verdaderos ángeles. Los médicos y las enfermeras son signo de vida, trabajan sin desfallecer. He vuelto a la vida, porque aquí se lucha por la vida mañana, tarde y noche con ánimo y con fe” fueron las palabras del sacerdote mientras salía de la Unidad de Cuidados Intensivos acompañado de los aplausos del personal de salud.