Alejandro Toledo, a través de su abogada Mara Kapelovitz Goldman, intentó dilatar hasta el último día su extradición al Perú, sin embargo, la justicia norteamericana desestimó todos sus argumentos, incluyendo su presunto mal estado de salud.
Y es que el expresidente, en su última entrevista en libertad, aseguró que padecía de secuelas del cáncer, información que nunca consignó ante las autoridades estadounidenses, pero toma como argumento para solicitar un arresto domiciliario.
Pero no solo eso. A pesar de todas las evidencias en su contra, Toledo Manrique insiste en su inocencia y asegura ser víctima de una persecución política. Incluso, cree que hubo un negociado entre Perú y Estados Unidos para su entrega.
"No me perdonan mi éxito académico y no me perdonan que haya liderado la marcha de los cuatro suyos", señala el expresidente, quien ahora deberá responder ante la justicia por los más de 30 millones de dólares que habría recibido en coimas.