Una reunión cuyo detalles revelan incómodas verdades. Se trata de una clandestina reunión de dos fiscales y un policía que investigaba a los Cuellos Blancos del Puerto, donde el nombre del exmandatario Martín Vizcarra ya figuraba.
Dicha reunión sería la génesis de un vínculo perverso entre el exmandatario Martín Vizcarra con la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior, liderada por Martín González Sánchez alias “Conejo”.
Las fiscales aseguran que temían por sus vidas por lo que solicitaban resguardo policial, y es ahí que el papel de la policía se convertiría en un peligroso nexo.
El policía que fue llevado como testigo de la reunión fue Manuel Arellanos Carreón, miembro de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior (DIGIMIN). El hombre que durante las investigaciones del caso los Cuellos Blancos estuvo a cargo de los seguimientos y vigilancia de los involucrados, un policía cuyo éxito en capturas es bastante conocido.
MINISTERIOS OCULTOS TRAS EL PODER
La firma de Arellanos aparece en un documento en el que se solicita S/ 1.700.000 como una recompensa millonaria para uno de sus colaboradores de nombre "Axell". Junto a su firma figura el nombre del coronel Martín González Sánchez conocido en el mundo de la policía como “Conejo”.
Sin embargo, la oficina de Conejo no tenía competencia alguna para realizar dicho reclamo, del que hoy se cuestiona incluso la veracidad de la información consignada.
Conejo para validar a su informante obtuvo de la fiscal Rocío Sánchez un documento que acreditaba la participación de Axell en la investigación, en el se comprobó que el colaborador existe, sin embargo, en dicho oficio no se menciona si era o no merecedor de la recompensa o si era el principal colaborador que se tenía el equipo de trabajo.
