La muerte vuelve a imponerse al mismo tiempo que la segunda ola del coronavirus. Los casos de contagio inundan los hospitales del país a una velocidad que no deja camas UCI disponibles. Solo el último martes se registró 220 muertos, la cifra más alta en esta segunda etapa por la que atraviesa nuestro país.
No solo tenemos una variante británica mucho más contagiosa, sino también 650 pacientes a la espera de cama UCI. Todo esto mientras la muerte ingresa con mas frecuencia al mortuorio sin distinción y mucho menos, sin aviso. El virus, a casi un año de instalado en el Perú, muestra que aún puede ser peor .
Ante esta situación, los familiares de los difuntos optan por el entierro o por llevarlos a casa aunque sea como cenizas. Incluso en los camposantos la tranquilidad es solo apariencia, pues el dolor se ha quedado afuera de los hospitales, de las abastecedoras de oxígeno, y en ocasiones arremete en nuestras casas.
VELORIOS PROHIBIDOS
Por disposición del Minsa, se restringieron los velorios ante el incremento de contagios por covid-19. No obstante, la demanda de féretros no ha descendido. En definitiva, una ola más agresiva crece en el país y las muertes ocurren con nuevos síntomas, por lo que bajar la guardia solo nos depara mas dolor.
