Jóvenes que no pasan de los 30 años ya han sufrido las graves consecuencias de la Covid-19. Una cama UCI se convirtió en la única opción en la que conectados a un respirador artificial, luchaban por sobrevivir e intentaban ganarle la batalla al coronavirus.
Según sus testimonios, se trata de episodios traumáticos que, los llevaban a sentir la muerte en cada minuto. Ellos se convirtieron en protagonistas de un descuido constante ante una enfermedad desconocida a la que muchos aún se sienten inmune.
El argumento más repetitivo y al que recurren decenas de jóvenes para hacer caso omiso a las medidas anunciadas por las autoridades sanitarias: "a mí no me pasa nada". Ellos confiesan haber burlado los protocolos de bioseguridad y reconocen su irresponsabilidad frente a la emergencia sanitaria.
Un grupo de jóvenes decidió compartir sus historias con Panorama, conozca sus testimonios.