Panorama

25/05/2025

La farsa de los buses “habilitados”: transporte formal que usan los limeños le saca la vuelta a la ley

El título habilitante debería garantizar que una empresa cumpla con los estándares, sin embargo, muchas veces basta con firmar un papel afirmando que se cuenta con todo, aunque esto no sea verdad.




Nuevamente, el sistema de transporte formal en Lima se encuentra bajo serio cuestionamiento: 342 buses han renovado sus autorizaciones de ruta por cinco años a través de títulos habilitantes, muchos de los cuales fueron obtenidos solo con declaraciones juradas, sin evidencia real de cumplimiento de requisitos. Así lo reveló Panorama, tras una investigación que expone cómo el transporte que millones de limeños usan a diario se sostiene en una débil base documental que evade controles.

El título habilitante debería garantizar que una empresa cumple con estándares técnicos, operativos y de seguridad para transportar pasajeros. Sin embargo, como explica el periodista especializado en urbanismo Juan Pablo León, muchas veces basta con firmar un papel afirmando que se cuenta con todo, aunque no se pueda comprobar. “La simplificación administrativa le ha hecho daño al transporte. Presento una declaración jurada y en dos meses me dan el permiso, sin verificar si tengo condiciones reales”, afirmó León.

Un claro ejemplo es la empresa Rumi S.A., que logró su formalización ante la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) tras presentar una declaración jurada. Pero al visitar el supuesto terminal de buses, el equipo de Panorama comprobó que dista bastante de los planos presentados a la ATU. La entidad, por su parte, reconoció la denuncia y señaló que tomarán acciones, aunque no detallaron plazos ni medidas concretas. “No se descarta un proceso de revisión”, dijo Freddy Céspedes, vocero de la ATU.

¿QUIÉN GARANTIZA EL SERVICIO?

El Reglamento de Transporte Regular exige planes de mantenimiento, estándares de calidad y protocolos de seguridad como parte del proceso de habilitación para las líneas de transporte. Pero en la práctica, estos requisitos son eludidos. “El papel lo aguanta todo”, advirtió Juan Pablo León. Así, mientras los limeños confían en un sistema supuestamente formal, muchos buses circulan con permisos conseguidos al filo de la ley, sin cumplir con las condiciones mínimas que garanticen un servicio seguro.


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