Hace diez días, la presidenta Dina Boluarte, junto a los ministros del Interior y Justicia, anunció la entrega de 70 vehículos del Programa Nacional de Bienes Incautados (Pronabi) a la Policía Nacional del Perú (PNP) como parte de un plan para reforzar la seguridad ciudadana en el país. Sin embargo, un equipo de Panorama reveló que gran parte de estas unidades presentan desperfectos y no podrán ser utilizadas para combatir la delincuencia, al menos en el plazo inmediato.
El informe periodístico expuso que los vehículos presentan múltiples desperfectos, como abolladuras, parabrisas dañados y la ausencia de espejos retrovisores. En estas condiciones, muchos de ellos no pueden circular, pues incumplen los requisitos legales para ser utilizados en labores policiales. La normativa vigente establece que los autos asignados al parque automotor de la Policía deben tener menos de cuatro años de antigüedad, criterio que varios de los vehículos donados no cumplen.
Carlos Antonio Bazo Ramírez, coordinador ejecutivo de Pronabi, aseguró que las unidades entregadas están en condiciones óptimas para el patrullaje e inteligencia policial. “Los 40 vehículos están totalmente operativos con todas las condiciones necesarias. Están listos para hacer la actividad propia de la Policía Nacional”, afirmó el funcionario. No obstante, las constataciones realizadas contradicen esta versión.
CONTINÚA LA POLÉMICA
Esta revelación ha generado cuestionamientos sobre la transparencia y eficacia de la gestión de recursos destinados a la seguridad. Expertos como Eduardo Herrera han señalado que entregar vehículos inoperativos a la Policía Nacional representa un retroceso en la lucha contra la delincuencia, en lugar de ser un aporte significativo. Asimismo, ha planteado la necesidad de realizar evaluaciones más rigurosas antes de anunciar este tipo de medidas.