Las organizaciones criminales han puesto en la mira a los profesionales y empresarios, a quienes no dudan en secuestrar para pedir cuantiosas sumas de dinero. Si la familia de la víctima no cumple con realizar el pago, los criminales son capaces de matar.
El último caso es de Christian Gerardo Quispe Culqui, un joven odontólogo quien fue secuestrado y luego asesinado porque no cumplieron con pagar el dinero del rescate. Los delincuentes solicitaron 600 mil dólares, pero la familia no pagó y su cadáver fue hallado en Lurín.
Al igual que Quispe Culqui, otro empresario fue secuestrado en su night club en la zona de Jicamarca, en San Juan de Lurigancho. Los hampones solicitaron 500 mil soles por su libertad y finalmente se salvó de morir a manos de estos delincuentes.
El doctor César Olaya es otra de las víctima de estos criminales, quienes le exigen dinero a cambio de no atentar contra su vida y la de su familia. Incluso, atacaron a balazos su clínica ubicada en el distrito de Pueblo Libre.