La extorsión a empresarios aumenta cada día, llamadas mensajes cargados de ira, con el único fin de amedrentar a sus victimas, doblegándolas a punta de terror. Cada día se registra más presión, los extorsionadores van en busca del dinero y no se detienen.
Dos violentas extorsiones, dos episodios de zozobra absoluta en un lapso de 9 años, y detrás un conocido narcotraficante que realizaba las llamadas desde el penal. Se trata del principal abastecedor de pasta lavada al Carte de Cali en los años 90, girando su rubro criminal de líder de la coca en el Perú a un extorsionador, coaccionando a una empresaria dedicada a la agroindustria y los hidrocarburos.