Los mercados y supermercados en diferentes ciudades del país, se han convertido en altos focos de infección. Las familias enteras salen a comprar sin respetar el distanciamiento social, medida establecida por las autoridades de salud para evitar posibles contagios. Salen diariamente a exponerse y exponer a sus familias. El gobierno insiste en que no existirá desabastecimiento de alimentos de primera necesidad. Sin embargo, la población sale desesperadamente a mercados y centros de suministros para sentirse seguros ante la pandemia que azota duramente a decenas de países en el mundo.
Cada familia en nuestro país, vive realidades diferentes, pero a 28 días del estado de emergencia nacional, decretado por el presidente de la República, Martín Vizcarra para frenar la expansión del coronavirus, los ciudadanos no comprenden que solo se debe salir del domicilio cuando sea estrictamente necesario. La movilidad de acuerdo al género no funcionó y quedó sin efecto.
En tiempos de aislamiento social obligatorio los mercados, son puntos de muchedumbre y el descuido es el síntoma de la irresponsabilidad. La ligereza puede resultar fatal, en especial en los mercados donde el dinero pasa de mano en mano y el tránsito de personas es congestionado pareciera que la prevención quedó de lado.