Tras aproximadamente cuatro años de espera, el último lunes fue habilitado el renovado puente Bella Unión, el cual une los distritos de Cercado de Lima y San Martín de Porres, en su denominado periodo de marcha blanca o también conocido como de prueba, su principal finalidad es que solucionar la congestión vehicular en el puente Dueñas y la avenida Faucett.
Pese a que la obra se encuentra avanzada y terminada por encima del 90% de las estructuras ha recibido una ola de críticas. Si bien en un inicio se presentó un diseño y fue cambiado, finalmente esta obra que habría tenido un costo de 18 millones de dólares, no es de gran ayuda para choferes y menos aún a los peatones.
Esto debido a que las vías ubicadas a su alrededor presentan serias irregularidades ya que le hacen falta veredas, ciclovías, rampas para discapacitados, señalización de paraderos y funcionarios del municipio de Lima para que orienten a los peatones. El malestar de los transeúntes y conductores es más que evidente.
Durante el recorrido que realizó un equipo de Panorama, logramos ver que un grupo de niños exponiendo sus vidas al cruzar la pista debido a que allí terminaba la ciclovía. Los peatones tienen que caminar largos tramos para poder tomar un auto y los conductores tienen prohibido estacionarse a recoger pasajeros, ni que decir de la congestión vehicular.