Panorama puso al descubierto cómo los presos del penal San Pedro, más conocido como Lurigancho, siguen vendiendo droga al interior del centro penitenciario, hacen uso de equipos celulares y hasta han conformado un locutorio desde donde se hacen llamadas no solo para comunicarse con sus familiares sino para extorsionar al exterior.
En las imágenes se observa cómo los internos han convertido el pabellón 8 en una especie de locutorio, en donde los reos hablan por celular y chatean con total desparpajo.
Asimismo, también se ve como los llamados delegados cobran cupos de protección a otros internos para que vivan sin problemas dentro de Lurigancho. El que no paga cupo se va castigado a las celdas llamadas "basureros". Más detalles en el siguiente informe.