El barrio Centenario del Callao sigue siendo semillero no de artistas, intelectuales o deportistas, sino de sicarios. Jóvenes de 16 años que han encontrado en este oficio de muerte una forma de vivir, de ganar dinero manchado de sangre al que no le hacen asco ni les perturba.
Ante esta situación, cabe preguntar, ¿qué motivos más allá del dinero los lleva a apostar por este tipo de oficio, como consiguen las armas? Testimonios exclusivos de una terrible realidad en este reportaje.